
la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, afirmó que denunciará penalmente al escritor colombiano Gabriel García Márquez para impedir que la novela del premio Nóbel “Memorias de mis putas tristes” sea llevada a la pantalla grande, por considerar que promovería la prostitución infantil.
Yo veo dos cosas graves y tristes en esto, dos cosas que marcan tristes tendencias hacia el futuro.
Primero: el ser humano necesita, para ser humano, espacios de libertad. Es razonable, natural y deseable que nos civilicemos y vayamos normando cosas, pero el espacio de la ficción, tal como la novela es un espacio de libertad. En ella debe y puede existir la inmoralidad, la maldad, la lujuria, la violencia que, estamos de acuerdo, no queremos que siga existiendo en la vida real.
Segundo: veo con preocupación como nuestras sociedades se maternalizan cada vez más. Con el enorme respeto que me merecen las madres, una de sus compulsiones es proteger a sus hijos; ellas son más sabias por tanto fijan límites arbitrarios que no deben ser vulnerados. Siento que llegar al extremo de querer poner trabas a la literatura y al cine es un exceso de protección materna, si suponemos que la gente no es capaz de entender qué es ficción y qué no lo es entonces estamos condenándonos finalmente a terminar viviendo en un gran útero, completamente acolchado y donde nada podrá dañarnos, pero donde tampoco llegarán a nosotros las ideas ni la luz.
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